Una vuelta al cole más saludable
Las madrugadas, la ilusión por la nueva mochila, las prisas, los desayunos apresurados o la felicidad del reencuentro con amigos son ingredientes de un cóctel que puede desembocar en cierta incertidumbre en los días previos. Los pediatras tienen una serie de consejos para que la vuelta al cole sea lo más fácil y llevadera posible.
Un despertar difícil. Lo que probablemente más nos costará será despertar. Son más de dos meses en los que los escolares no han tenido hora de dormir. Las noches son demasiado calurosas para acostarse temprano y ha habido muchos amigos con quienes jugar al escondite. Tampoco faltarán los paseos en familia por la playa, la plaza del pueblo o los parques urbanos. Y por las mañanas no ha sido necesario levantarse temprano de la cama. A menos que haya habido prisa por darse un chapuzón en el mar, el río o la piscina municipal.
“Es un hecho actual que en verano nos acostamos más tarde, porque a lo largo de la historia de la humanidad, el ser humano ha acoplado su ritmo biológico de vigilia y sueño a las estaciones. En verano hay más horas de luz y nuestro reloj biológico, no sólo nuestro reloj social, se adapta a ello. Es absolutamente fisiológico y regular”, afirma el coordinador del Grupo de Sueño de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Gonzalo Pin Arboledas.
Pero en los quince días previos a la vuelta al cole, uno de los consejos, según el pediatra, es que los horarios de los niños deben adelantarse “lenta y progresivamente” para que el ritmo social sea más parecido al que tendrán. Desde septiembre. “Hay que hacerlo quince días antes porque vamos a ir contra natura y tenemos que hacerlo muy despacio, pero no sólo con el sueño, sino también con la comida, con el baño, con la vida social, para evitar el jet lag. . social que se da en los primeros días”, explica Pin Arboledas.
Alondras o búhos. Hay familias que vuelven apuradas de las vacaciones hasta el día antes de la vuelta al cole. En estos casos, el experto señala que hay que tener en cuenta, especialmente en los más pequeños -alumnos de Educación Infantil y primeros de Primaria-, que el entorno donde duermen los niños es un issue determinante en la calidad de su sueño.
Respecto a la cantidad de horas que tienen que dormir los escolares, Pin Arboledas destaca que en primer lugar las familias deben saber que de la misma manera que son conscientes de que existen percentiles de peso y talla y que no todos los niños están por debajo de la misma edad pesan o Mide lo mismo, con el sueño pasa lo mismo. No todos tienen que dormir igual.
“El segundo concepto es que entre los niños, como entre los adultos, hay personajes matutinos, llamados alondras, que se duermen y se despiertan temprano, y personajes nocturnos, llamados búhos, que tienden a dormirse y levantarse más tarde”, explica el experto de la AEP. El mejor termómetro para medir las horas que tiene para dormir un niño es su comportamiento durante el día siguiente y su rendimiento.
La importancia de mantener un ritmo. En el caso de los adolescentes, el pediatra sí destaca que tienen que dormir unas nueve horas, pero cerca del 60% de ellos duermen menos, con el impacto que esa falta de sueño puede tener en su rendimiento escolar y en su salud psychological. Los preadolescentes necesitan dormir aproximadamente una hora menos. Cuanto más jóvenes, más horas, pero son estadísticas y cada caso puede ser diferente.
“Es muy importante transmitir la thought de que la calidad del sueño debe medirse por cuánto duermes, cuándo duermes, con horarios regulares que el fin de semana no difieran en más de dos horas de lo que haces durante la semana. y la calidad del sueño. . Son los tres factores que influyen en el resultado de una adecuada calidad de vida en vigilia”, sostiene.
Pin Arboledas destaca que la vida es ritmo y que sin él no hay vida sana. “Que tengan un ritmo de sueño, de actividad física y de alimentación”, subraya.
Ojo con los desayunos, almuerzos y meriendas. Precisamente en cuanto a los horarios de las comidas y sobre todo lo que se ingiere, también habrá cambios con la vuelta al cole, por lo que los expertos se centran en esto con más consejos. No es lo mismo tener tiempo para desayunar que acudir a la hora adecuada para hacerlo.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) recuerda que los desayunos de los niños son las comidas que suelen contener más alimentos poco saludables, así como los almuerzos que llevan en las mochilas para comer en el recreo, así como las meriendas. cuando salen de la escuela.
Para ayudar a las familias, la AEPap propone que a la hora de elegir lácteos se opte por leche o yogur y se eviten “cajas preparadas como batidos, petits y otros lácteos como natillas”. Lo mejor es ofrecerle leche sola.
El vicepresidente de la AEPap, Pedro Gorrotxategi, afirma que hay bebidas de soja, avena o arroz que tienen azúcares añadidos y no tienen suficiente calcio, “tan importante” para el crecimiento de la masa ósea.
La fruta es mejor entera y el agua es la bebida splendid. En cuanto a la fruta, recuerda que es mejor comerla entera o en batido (sin azúcar) que en zumo. Gorrotxategi explica que la fruta entera contiene fibra y la absorción de la glucosa se produce más lentamente, lo que no produce un pico de glucosa que, a largo plazo, sea perjudicial para los niños.
Y entre los hidratos de carbono que la AEPAP llama “bueno” destaca el pan blanco o integral (no moho) y lo más saludable es añadirle aceite de oliva virgen further. La mantequilla se considera “aceptable” porque es un alimento pure procedente de la leche. Sin embargo, no debes consumirlo más de uno o dos días a la semana.
Y para la merienda, los pediatras de atención primaria optan por alimentos no grasos como las conservas de atún, quesos poco curados o algún derivado cárnico magro como el jamón o el pavo, con aceite, tomate o lechuga entre otras verduras.