Pastelería Berna celebra 60 años endulzando a los santandereanos con arte y sabor suizo
En un recorrido rutinario por el Paseo del Comercio, cientos de bumangueses acuden al centro de Bucaramanga para hacer sus diligencias, trabajar, ir a los bancos, comprar lo necesario y hasta disfrutar de una dulce tradición presente en la ciudad desde hace sesenta años.
Hablar de Pastelería Berna es regresar al arte y sabor suizo que llegó a Colombia de la mano de Karl Johan Niederbacher Stolz, un hombre de este país centroeuropeo, donde aprendió a elaborar pasteles, galletas, goodies y budines con decoraciones únicas y técnicas que hoy forman parte de la memoria gustativa de los santandereanos.
‘Don Carlos’ llegó a Colombia en una embarcación. La primera ciudad que lo acogió fue Medellín, donde trabajó como gerente de la pastelería de un amigo. Permaneció diez años en la capital antioqueña, donde perfeccionó la técnica de los que serían sus productos estrella en Bucaramanga, como el milhojas relleno de crema y los brazos de reina.
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Con su maleta llena de sueños y recetas, este hombre de ojos azules, pelo completamente blanco y bigote recuerda cuando se instaló en la capital santandereana para abrir su propia pastelería, ‘La Berna. “Cuando llegué a la ciudad period un pueblo pequeño, pero me gustó…”, cube Niederbacher.
Inicialmente, esta esquina suiza comenzaba en la calle 36 con carrera 17. Posteriormente llegaría hasta la calle 35 con carrera 18, un lugar emblemático del centro de Bucaramanga por el que han pasado muchas generaciones.
Hace décadas, dos pequeños se asomaban a las vitrinas a las que aún no podían alcanzar por su baja estatura para interactuar con los clientes. Se trataba de Marlies Niederbacher y su hermano Carlos Andrés, hijos del fundador, quienes se familiarizaron con el negocio desde pequeños.
La afinidad con los bumangueses fue inmediata. Pastelería Berna desarrolló una extensa carta de tortas, panadería, repostería, desayunos, galletas y hasta una icónica variedad de platillos infantiles que marcarían el recuerdo de los más pequeños de Bucaramanga.
Además del milhojas, otra receta que queda en la memoria de más de un bumangués son los ‘sapos’, ubicados estratégicamente en las vitrinas a la altura de los niños, elaborados con bizcochos, rellenos de ponqué negro y cubiertos de crema. . de frutos rojos con un pastillaje verde que llama la atención de todo aquel que se adentra en ‘La Berna’.
El Covid-19 también marcó la historia de ‘La Berna’, la pastelería más tradicional del centro de Bucaramanga. En una entrevista con Vanguardia En tiempos de pandemia, este emblemático negocio bajó su producción por restricciones de bioseguridad. Marlies Niederbacher, una de las hijas de ‘Don Carlos’ y responsable operativa de la pastelería, recordó que buscaron formas innovadoras de ‘conectar’ con sus clientes en estos tiempos difíciles y adaptaron los ‘sapos’ con tapabocas. Afortunadamente lograron salir de estos años donde las ventas disminuyeron.
Además de su punto en el centro de Bucaramanga, Pastelería Berna abrió sus puertas en Cabecera en 2004, cuando ‘Don Carlos’ recordó que tardó dos años en empezar a generar ganancias.
Un motivo para celebrar
En 2023, la Pastelería Berna cumplirá sesenta aniversario, coincidiendo con el nacimiento de su fundador, Karl Johan Niederbacher Stolz, que cumplirá 90 años. Un suizo con corazón bumanguense que llegó a ‘La Bonita’ para endulzar a los ciudadanos en medio de sus rutinas en el centro de Bucaramanga.