Los españoles somos muy puristas con nuestros platos tradicionales, pero hay un pueblo que nos supera: los italianos. Como los valencianos con la paella, muchos de nuestros vecinos se ponen furiosos cuando modifican sus clásicos -a veces, con razón-, e incluso crean academias para conservar sus recetas más queridas.
Los espaguetis a la asesina Ellos tienen el suyo, que cube que su salsa sólo lleva tomate, guindilla y ajo. Lo unique de su elaboración es la técnica utilizada, que nada tiene que ver con la técnica más común de la pasta: no se cuece en agua hirviendo, sino que primero se saltea y luego se remata como si de un risotto se tratara. ¿Les pica? Sí, y por eso se les llama “espaguetis asesinos”. ¿Es delicioso? Además, y si no lo crees, mira cómo lucen en el vídeo de arriba.
Ingredientes
Para 2 personas
- 200 g de espaguetis
- 2 dientes de ajo
- 2 chiles secos
- 75 g de tomate passata (si no, tomate triturado ligeramente reducido en un cazo con una pizca de sal)
- Aceite de oliva
- Sal
caldo de tomate
- 250 g de passata (o 50 g de concentrado de tomate)
- 250 ml de agua (o ½ litro si usas concentrado de tomate)
- Sal
Instrucciones
Comienza con el caldo mezclando en un cazo la passata o tomate concentrado con el agua. Añade una pizca de sal y ponla a hervir en un cazo. En cuanto hierva tapar y dejar a fuego muy lento, simplemente para mantener el calor.
Comprueba que los espaguetis caben en una sartén grande y tocan el fondo. Si no, romperlas un poco por un extremo con la mano para que encajen (ver vídeo).
Pon la sartén a fuego medio con un buen chorrito de aceite de oliva, un diente de ajo entero y uno picadito, y la guindilla picada.
En cuanto el ajo empiece a dorarse, añade los 75 gramos de passata de la salsa.
Remueve y coloca los espaguetis en la sartén lo más extendidos posible. Déjalos tostar.
Una vez dorados les damos la vuelta con unas pinzas (ver vídeo).
Cuando estén coloreados y crujientes por ambos lados, agrega poco a poco el caldo de tomate, para que la pasta lo absorba. Mueve los espaguetis para facilitar el proceso.
Si la pasta absorbe todo el caldo y aún está demasiado dura, añade un chorrito de agua caliente y remueve. Dejar reposar un minuto, probar y repetir el proceso si es necesario, teniendo en cuenta que la pasta debe quedar al dente. Atender.
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