Marisa Sánchez afirmó que “Cáritas Felices” recibe diariamente a más de 90 niños del barrio de La Calera y alrededores y que los productos de cocina se agotan rápidamente. Advierte que ha disminuido la colaboración specific de los vecinos
Con lágrimas en los ojos y la incertidumbre de no saber si tendrán mercancía para los próximos días, Marisa Sánchez recibió a PUNTAL en el comedor de “Cáritas Felices” y contó la difícil situación que atraviesan.
El coordinador del espacio solidario con sede en el barrio La Calera (Juárez Celman 842) invitó a este periodista a recorrer la sala; había más tablones para ampliar la capacidad y un armario con unos cuantos paquetes de fideos y salsa de tomate. “Me da mucha tristeza porque no sabemos hasta cuándo vamos a poder servir comida”, dijo Sánchez, quien explicó que sirven comida a más de 90 niños y niñas de la ciudad, que no solo vienen de ese barrio , pero también pasar por la ciudad por un plato de comida.
“Hoy no la estamos pasando bien en el comedor, nos falta comida porque hay mucha comida”, explicó, “hay entre 8 y 9 kilos de fideos, arroz o polenta por día y no Lo tengo, me preocupa porque siento que “vamos a estar aquí unos días más y no sabemos cuánto tiempo”, dijo.
Año con mayor necesidad
Sánchez explicó que este es uno de los años con mayor asistencia de niños, “hemos tenido necesidades porque nos habéis ayudado a difundir, pero lo hemos solucionado, pero este es el año con más niños, sabemos lo caro que es. todo es así y los padres de ahí no tienen trabajo y dependen de la comida de Cáritas Felices, entonces es muy triste pensar que no podemos ni terminar una semana con comida para los niños”, respondió nuevamente, señalando el estante vacío.
Advirtió que además de alimentos, también se necesitan artículos de limpieza y cualquier elemento que sea útil para el comedor. “Para los que quieran colaborar pueden venir al comedor o podemos retirar la mercancía porque sabemos que se complica con el trabajo (3534114971)”, dijo la coordinadora, destacando que no sabe hasta cuándo seguirán. con el proyecto del comedor, que tiene una larga trayectoria. trayectoria en la ciudad.
Disaster
Sánchez sostuvo que las familias pasan por situaciones de disaster y eso se manifiesta en los niños más pequeños que acuden al comedor.
“Es muy triste lo que pasan los niños, la comida es un combo, pero lo que nos cuentan. Nos acercamos y decimos: hijo, ¿qué te pasa y nos dicen que la mamá o el papá no tienen trabajo, que hay muchos hermanitos y dos toman leche y los demás toman mate cocido, eso nos moviliza porque Son realidades muy tristes”, explicó la mujer, quien destacó que además de comida, brindan apoyo emocional a aquellos menores que llegan necesitados.
Colaboraciones
En relación a las colaboraciones, explicó que tienen empresas que hacen donaciones, pero que bajo las ayudas privadas antes eran más activas y lo relacionan directamente con la disaster económica. También dijo que el Estado municipal colabora con $30.000 en efectivo que se utilizan para pagar los servicios de luz, gasoline y agua del comedor.
“Este mes recibimos una factura de luz por $18.000, gasoline por $13.000 y también agua. Lamentablemente no llegamos”, dijo.
Y agregó: “De todas formas agradezco lo que nos dan porque todo suma”.
Por otro lado, explicó que las encargadas de realizar las comidas son mujeres del barrio que acudieron voluntariamente y no cobran por esta actividad. “Tengo miedo de que se pueda terminar lo que estamos haciendo, me da mucha tristeza esta situación”, concluyó en diálogo con Puntal Villa María.